Cambios en el inmueble que no requieren licencia de obras

Aunque una vivienda sea de nuestra propiedad, acometer una obra sin permiso tanto del Ayuntamiento como de la Comunidad de Vecinos puede acarrear serios problemas.

En principio, cada ampliación o reforma, requiere la solicitud de una licencia de obra, ya que de lo contrario, podrían denunciarnos y tendríamos que pagar una sanción por no hacerlo de forma legal. Asimismo, si se llevan a cabo las obras sin la correspondiente licencia, se podrían parar o incluso demoler los cambios ya realizados. No merece la pena correr el riesgo de hacer mal las cosas por el mero desconocimiento.

Existen muchas reformas que a simple vista nos parecen sencillas, como cerrar una terraza, o colocar el aparato de aire acondicionado, pero que si afectan a la estética del edificio, necesitan de una licencia de obra.

Para este tipo de cambios, en concreto, se solicitaría la licencia de obra menor, y además de lo comentado en el párrafo anterior, se incluiría la modificación de suelos, techos y paredes o cambios en la fontanería, electricidad o calefacción, así como la supresión de barreras arquitectónicas.

Por otro lado, hay algunos pequeños cambios para los que no es necesario pedir la licencia de obra y que sin duda darán un nuevo aspecto a nuestra vivienda. Aquí hay algunos ejemplos:

  • Cambiar la pintura tanto de paredes como de azulejos.
  • Reformas secas, tales como añadir separaciones en pladur u otros materiales más novedosos como el policarbonato.
  • Cambiar los muebles.
  • Lacar las puertas

No obstante, para cualquier duda, lo mejor es consultar en el Ayuntamiento de la localidad donde tengamos la vivienda, ya que cada uno tiene sus propias regulaciones, o contar con la ayuda de algún profesional del sector para que nos asesoren según el tipo de obra que queramos hacer y así no corramos el riesgo de que nos penalicen.